Ana María Martínez Sagi




ÍBAMOS DE LA MANO

Íbamos de la mano
por el bosque aromado de espliegos y tomillos.
Íbamos de la mano:
era claro el camino.
Tarde de primavera.
Rosado el mar tranquilo.
Íbamos de la mano las bocas silenciosas. 
No se oía más ruido
que el del mar y la brisa los últimos reflejos
del sol incendiaban las copas de los pinos.
Nuestras sombras unidas
pasaban con sigilo.
-El verde de tus ojos
era sereno y limpio-.
No sé si tú sentías el calor de mi mano,
la gracia milagrosa de aquel contacto íntimo.
Tu voz quebró el silencio: "¿En qué piensas, pequeña?"
 -Cruzó una gavïota por el cielo encendido-.
Yo te miré los ojos que ya amé en otro mundo
y algo breve y muy dulce te murmuré al oído.
Besaste tú mi mano. Luego la noche vino. 

Ana María Martínez Sagi

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