980-Ángel Canfranc Domínguez



SÚPLICA

Estoy aquí, ceñido de cadenas,
hambriento hasta la sed; fuente de llanto
después de tanta luz; silencio tanto,
que se escucha el abismo de mis penas.

Agua-sangre circula por mis venas
que corroe los huesos de mi canto.
Y el abril de un florido desencanto
me convoca al altar de las arenas.

¿Estáis ahí, mi Dios? ¡Baja hacia mí
en un gesto de amor, de amor humano!
Yo... humildemente solo iré hasta Ti.

Y aunque sea cual soy: cual un hermano
de la Nada -lo mismo que ayer fui-
tendríamos los dos un mano a mano.

Ángel Canfranc Domínguez

981-Rodrigo Carvajal y Robles



TEMOR

No hay placer que no tema mi deseo,
ni pesar que no tema mi sentido,
y siempre mi esperanza me ha mentido,
y nunca sin temor mentir me veo.

Mas puede tanto el loco devaneo
de mi vano esperar que no he podido
acabar de entender que voy perdido,
y me pierdo, y me acabo y no lo creo.

Pienso, por el camino que he dejado
tan luego atrás, que estoy de mi sosiego
muy cerca, mas no llego a ver mi suerte.

Antes me aflige más este cuidado,
porque pienso que llego y nunca llego
y el más entretenido es el más fuerte.

Rodrigo Carvajal y Robles

982-José de Carvajal y Hue



COMO QUIERO MORIR

Quiero morir tranquila mi conciencia
de no haber hecho daño voluntario,
con lágrimas bañando el relicario
del alma, en el altar de mi creencia.

Labro en sufrir y amar mística esencia,
que redime la culpa en el calvario;
yo pequé, mas sufrí viento contrario
y amé a Dios, a mi patria y a la ciencia.

Quiero morir en brazos de mi hijo
y hallar mi sepultura en el sendero
de la fe y el honor con rumbo fijo.

Quiero morir cristiano y caballero,
quiero morir besando un crucifijo
¡y sé que no es morir esto que quiero!

José de Carvajal y Hue

983-Pedro Ángel Castellón



UN PENSAMIENTO

Lanzó tu inspiración fogosa al viento
su resonante voz, que el vate admira,
y vibraron las cuerdas de mi lira
que tímida te ofrece un pensamiento.

Vuelve a cantar, y tu robusto acento
retumbará en la esfera donde gira
el dios del Inca que a tu genio inspira,
del bardo de la Grecia el noble aliento.

Alza conmigo un nido de victoria,
porque si un mundo el inmortal coloso
por monumento tiene de su gloria,

también tu pensamiento un mundo abarca,
y a tu sien ceñirás el lauro hermoso
de Homero, Ariosto, Milton y Petrarca.

Pedro Ángel Castellón

984-Sor María Cecilia del Nacimiento



TRANSFORMACIÓN DEL ALMA EN DIOS

Aquella niebla oscura
es una luz divina, fuerte, hermosa,
inaccesible y pura,
íntima, deleitosa,
un ver a Dios sin vista de otra cosa.

La cual a gozar llega
el alma que de Amor está inflamada,
y viene a quedar ciega,
quedando sin ver nada,
la ciencia trascendida y alcanzada.

Y cuando la conquista
del reino de sí misma es acabada,
se sale sin ser vista
de nadie, ni notada,
a buscar a su Dios dél inflamada.

Y en aquesta salida,
que sale de sí el alma dando un vuelo,
en busca de su vida
sube al empíreo Cielo
y a su secreto centro quita el velo.

Y aunque busca al Amado
con la fuerza de Amor toda encendida,
en sí le tiene hallado,
pues está entretenida
en gozar de su bien con Él unida.

Está puesta en sosiego,
ya todas las imágenes perdidas
y su entender ya ciego,
las pasiones rendidas,
con fuerza las pasiones suspendidas.

A tal gloria y ventura
subir por escalera la convino,
para venir segura,
que por modo divino
los misterios de Cristo fue el camino.

Y habiendo ya llegado
al deseado fin que fue su intento,
tiene, quieta en su Amado,
continuo movimiento,
estando sosegada y muy de asiento.

Y cuando de cantina
del Verbo Eterno el alma está gozando,
su espíritu divino
mueve un aire muy blando
que todo el interior ya regalando.

En la noche serena
en que goza de Dios su vida y centro,
sin dada nada pena,
le busca bien adentro,
con deseos saliéndole al encuentro.

El Amor la encamina
metida entre tiniebla tan oscura,
y sin otra doctrina,
camina muy segura,
adonde Dios la muestra su hermosura.

Y yendo su camino
sin que haya entendimiento ni memoria,
la muestra el Rey divino
su virtud y su gloria
como se puede en vida transitoria.

¡Oh noche cristalina
que juntaste con esa luz hermosa
en una unión divina
al Esposo y la Esposa,
haciendo de ambos una misma cosa!

Gozando dél a solas
y puesto un muro en este prado ameno,
vienen las blandas olas
de aqueste aire sereno
y todo lo de afuera lo hace ajeno.

Aquel Rey en quien vive
la tiene con gran fuerza ya robada,
y como le recibe
de asiento en su morada,
la deja de sí toda enajenada.

Como es tan poderosa
la fuerza de aquel bien con que está unida,
y ella tan poco cosa,
con darse por vencida
pierde su ser y en Él es convertida.

No porque jamás pueda
ser que su esencia pierda la criatura,
sino que como exceda
tanto en Dios su hechura,
toda en El se convierte y transfigura.

Sor María Cecilia del Nacimiento

985-Clodomiro Castilla



EN EL TEQUENDAMA

Ya estoy aquí sobre la abrupta roca
de tu caída, Tequendama, empieza;
ya contemplo tu trágica belleza
que así al pincel, como al laúd provoca.

Y al ver que el agua su nivel disloca
para abismarse de su grande alteza
a tal profundidad, a mi cabeza
un pensamiento lúgubre se evoca.

Que así cayeron en fatal hondura,
como las raudas ondas, mis queridas
esperanzas de amor y de ventura.

Y si aquellas, el cauce recobrando,
salpican nuevas márgenes floridas
¡ay! yo por estas seguiré llorando.

Clodomiro Castilla

986-Luis Martínez



REFLEXIONES

Muchas veces meditamos
el porqué de nuestra vida,
buscando en vano respuesta
a los problemas del día.

Miramos alrededor
y vemos sólo injusticias,
sin encontrar solución
a todas nuestras desdichas.

Pensamos que Dios no existe
que es un mito la verdad,
que por más que trabajemos
no lo podemos cambiar.

Y entonces nos rebelamos,
nos invade la apatía,
no hacemos caso de nadie
y perdemos la alegría.

Luego recapacitando
por encontrar la salida,
achacamos a los otros
que nos complican la vida.

Y seguimos preocupados
con los problemas del día,
sin encontrar solución
a todas nuestras desdichas.

¿Pero acaso es tan difícil
vivir en paz y armonía,
o será nuestro egoísmo
que nos confunde y desvía?

Luis Martínez

987-José Antonio Torrentbó de la Serna



AL CRISTO DEL MILAGRO

Este Cristo al que busco, rezo y lloro;
este Cristo marchito y dolorido,
esquelético, triste y retorcido,
es el Cristo al que eternamente imploro.

Sobre Él la rosa de mi amor desfloro,
que es el Cristo tal cual yo lo he sentido:
sudoroso, sangrante, corroído
por nosotros crueles. Yo te exploro

con mis ojos. Por no querer mancharte,
te beso con mis lágrimas vertidas.
¡Oh, Cristo del Milagro, al contemplarte,

me perfuman tus llagas florecidas!
Eres bálsamo y luz cuando al rezarte
me iluminas y cierras mis heridas.

José Antonio Torrentbó de la Serna

988-Manuel Duran Vidal



CANCIÓN DE PRIMAVERA

¡Qué alegría, cuánto zumbido:
la reina de las abejas
tiene marido!

Qué revuelo por los aires
alzan las leves abejas;
llevan su traje más nuevo,
de color de primavera;
llevan las alas de miel
y las patitas de cera.

Sobre los campos floridos,
sobre arroyos y veredas,
a los montes de romero
el enjambre va de fiesta,
sonorizando a su paso
el sol, el aire, la tierra.

Van en cortejo nupcial,
se ha desposado su reina
en la capilla rosada
de una rosa, la primera
entre las rosas del Alba,
que nació en la rosaleda.

¡Qué alegría, cuánto zumbido:
la reina de las abejas
tiene marido!

Manuel Durán Vidal

989-Juan Luis Estrella Ibáñez



ANTE UN CRISTO CRUCIFICADO

El alma en carne viva se entristece
por el alto dolor atormentada.
La sombra escueta de la Cruz se mece
en la noche de luna desolada.

El agua gris camina y la flor crece
en sus ojos abiertos sin mirada.
Por el silencio el eco se estremece
que su voz también fue crucificada.

Anida la tristeza entre la gente
y permanece en mí cuando recibo
duda plena de humano desconcierto.

Al no saber lo que es más elocuente,
si su palabra cuando hablaba vivo
o su mirada cuando mira muerto.

Juan Luis Estrella Ibáñez

990-José Alberto Mas Cebrián



EN MIS BODAS DE PLATA

Tras veinticinco años de andadura,
con la ilusión herida, pero entera,
al revivir la vocación primera,
grito que: ¡Estoy contento de ser cura!

Brava la empresa ha sido, áspera y dura;
pero mil veces que a nacer volviera,
Sacerdote de Cristo otra vez fuera,
que enamorado estoy de su Hermosura.

Tú bien sabes, Señor, de mis quebrantos,
traiciones, fallos, y cansancios tantos...
Todo lo sabes; y por eso clamo

hoy como ayer, inmarcesible tema,
con las palabras, que escogí por tema:
"Tú bien sabes, Señor, que yo te amo".

José Alberto Más Cebrián

991-Alfonso de Borbón y Habsburgo-Lorena



MADRIGAL

¡Me hiere tu desdén! Mas en mi duelo
existe aquella fe de los titanes
que pretendieron escalar el Cielo.

No importa de tu boca la sonrisa,
ni de tus bellos ojos relumbrantes
la mágica mirada que esclaviza.

¡He de triunfar! ¿Qué importa que el Destino
con su mano fatídica me alfombre
de cardos y de bombas el camino?

Por ti, Ena, el corazón palpita,
y si a mí no te rindes por ser Fausto,
sé tú mi candorosa Margarita.

Alfonso de Borbón y Habsburgo-Lorena

992-Servando Camúñez Echevarría



HIMNO DEL CENTENARIO

¡Cádiz, despierta! ¡Cádiz, levanta
a las alturas tu pensamiento!
En tu recinto, cual arca santa
puso la Patria su sentimiento,
sus esperanzas y sus dolores,
sus dignidades y su energía.
¡Cádiz augusta! Hoy es el día
de hacer coronas de egregias flores
para tus hijos, los luchadores
que enaltecieron tu nombradía.

Hoy hace un siglo que el mundo entero
vio sorprendido tu resistencia
ante el coloso que traicionero
quiso quitarnos la independencia.
Hoy hace un siglo, ¡Cádiz hermosa!,
que ante tus muros y tus cañones,
llena de rabia la poderosa
dominadora de cien naciones,
vio disiparse sus ilusiones
con tu respuesta maravillosa.

¡Cádiz, despierta! ¡Cádiz, levanta
a las alturas tu pensamiento!
Como la antorcha que se agiganta
a los embates del raudo viento
es la aureola de tus lealtades,
de tus honores, de tu firmezas,
de tus excelsas serenidades,
de tus bravuras, de tus realezas...
gloria y asombro de las edades.

Servando Camúñez Echevarría

993-Juelma Cristina Manuel da Silva



LA ILUSIÓN DEL AMOR

Yo hablo, tú no escuchas;
si escuchas, no entiendes;
si entiendes, no atiendes;
si atiendes, no lo demuestras.

Yo escribo, tu no lees;
si lees, no lo sabes;
si lo sabes, no lo crees;
si lo crees, no te importa.

Yo demuestro, tú no lo notas;
si lo notas, no lo valoras;
si lo valoras, no lo asumes;
y si lo asumes, no te conmueve.

Son mis actitudes, son en vano,
su percepción es una ficción,
mi amor se torna en algo iluso.

Juelma Cristina Manuel da Silva

994-Tãnia Teresa Tomé



REENCUENTRO

Cuando me siento descalza
en el zapato de un niño pobre
se me llena el pie
como nada lo haría.
Recuerdo que mi existencia
no es sola,
es con todo el mundo.
Recuerdo que tengo
que embriagarme de ti,
Mozambique,
porque te echo de menos.

Tãnia Teresa Tomé

995-Jessica Katayama



QUIERO SER UNA FLOR DE CEREZO

Me gusta la primavera, ella me ofrece flores de cerezo;
son pequeñas y duran tan poco,
pero lo poco que duran es más que suficiente
para llenar mi corazón de alegría.
Son flores que me recuerdan a una amiga,
la mejor amiga que tengo;
ella es igual a la flor del cerezo.
Ella es linda y pequeña, siempre tiene una sonrisa en el rostro.
Ella escribe versos de amor y algún día, si Dios quiere,
también escribiré como ella, hablaré de cerezos en flor,
del cielo, del mar y todas las bellezas que existen aquí,
en esta tierra que amo, mi Japón.

Jessica Katayama

996-Marcia Miyoshi



SOY UNA GOTA

Soy una gota bien pequeñita.
Una gota nacida del amor.

Un amor que nunca se empaña,
que brilla con los colores de una flor.

Soy una gota que existe
en este mundo tan grande de Dios mi Señor.

Tengo sentimiento, siento dolor y mucha tristeza
cuando veo a alguien maltratar a la Naturaleza.

Yo soy una gota de Rocío
y con el rayo del Sol brillo cada mañana.

Pero también puedo ser una gota de lágrima
cuando veo un niño muriendo de hambre.

Soy una gota todavía demasiado pequeña
en busca de otras gotas.
Y si juntamos todas las gotas del Mundo
formaremos un gran lago, el gran lago del Amor.

Marcia Miyoshii

997-Teruko Ito



TRES HAIKUS

1-El Mar del Amor

Dios dice que sea
la hija de la Naturaleza
Él es Mar del Amor.

2-Naturaleza

Naturaleza cualquier día
Pide ayuda de cualquier modo
Dios nos la dio.

3-Universo

El Universo
es como arena en nuestras manos
que debemos analizar.

Teruko Ito

998-Antonio José de Irisarri



¿EN QUÉ CONSISTE?

¿En qué consiste, mi señora Musa,
que todos pueden hoy ser escritores?
¿Será este siglo el de la ciencia infusa?
¿Será que los talentos son mejores?
¿O será que el orgullo y la ignorancia
nos dan la presunción y petulancia?

En los tiempos oscuros de mi abuelo
eran pocos los hombres que escribían,
y aquéllos estudiaban con desvelo
las cosas que tratar se proponían:
hoy escribe cualquiera su folleto
cuando apenas conoce el alfabeto.

¡Cuánto costaba hacerse literato
en aquella maldita edad de cobre!
A serlo no llegaba un mentecato
por más tinteros que agotase el pobre;
pero hoy es literato y erudito,
el que pasa su vida en un garito.

¡Malditos tiempos fueron los pasados!
¡Bendito diez mil veces el presente!
Sólo pudo nacer por sus pecados
en los primeros la cuitada gente
que estudiando las noches se pasaba,
y el libro de la mano no dejaba.

En nuestros días, que envidiara Numa,
cualquiera perillán, cualquier zoquete,
en teniendo papel y tinta y pluma,
una mesa, una silla o taburete,
escribe sin pensar en lo que escribe,
y el nombre de escritor toma y recibe.

Pensaron los antiguos como Homero,
que antes de entrar al gremio de escritores
debían ser gramáticos primero,
y estudiaban los tontos, ¡qué de errores!,
como si fuesen niños de la escuela,
la lengua que heredaron de su abuela.

¿Qué importa conocer analogía,
esa sintaxis, la ortología vana,
esa prosodia, ni esa ortografía?
¡Invenciones de aquel que tuvo gana
de sujetar a regla los talentos,
pretendiendo igualar entendimientos!

Mira a Juan, a Martín, a Bernardillo,
a Manuel y José, Pedro y Mariano,
que hicieron de su lengua un baturrillo,
y hablaron jerigonza en castellano,
sin haber dedicado una hora sola
a estudiar la gramática española.

Estos y otros que todos conocemos,
escriben y publican sus papeles,
que corren por las calles todos vemos
en cubiertas de dulces y pasteles,
o yacen en los sucios bodegones
sirviendo de escondrijo a los ratones.

Escritores han sido los citados
que nos dieron políticos consejos
de sus vanas cabezas escapados,
como huyen de sus cuevas los conejos
sin temer al lebrel que les atrape,
por más que se les grite: "¡Zape!, ¡zape!"

¡Todos estos tostados fritos fueran!
De su siglo encomiando la excelencia
las grandes luces sin cesar ponderan;
pero en Dios, en verdad, y en mi conciencia,
que si son nuestros días tan brillantes,
brillan en ellos grandes ignorantes.

De Juan de Gutenberg cantan la gloria
por haber inventado nuestra imprenta,
el trasto que conserva la memoria
de nuestra merecida y dura afrenta.
Sin estos trastos en edad tan culta
mucha ignorancia quedaría oculta.

La imprenta ha sido tentación impía
de muchos ignorantes infelices;
que de autores tuvieron la manía
sin saber donde tienen las narices
y nos sacaron a lucir su pata
porque era el imprimir cosa barata.

¡Cuánto mejor el Gutenberg hiciera
en haber inventado un armatoste
de que el tonto hacer uso no pudiera,
o que fuera el usarlo de gran coste!
Así a lo menos, pagarían caro
los necios escritores su descaro.

Pero el maldito Gutenberg aunado
con sus dos hugonotes compañeros,
todo el mundo nos trae trastornado;
por ellos ya no hay sastres, zapateros,
ni gañanes, siquier, ni zurradores,
pues que todos se hicieron escritores.

¿Qué ventajas nos trajo aquel invento?
Las artes han perdido muchas manos,
las costumbres sufrieron detrimento,
ni artistas ya se encuentran, ni artesanos:
están sin oficiales los oficios,
y entregados los hombres a los vicios.

Pues tantos males nos trajiste, imprenta,
al demonio te doy de buena gana,
y al ente sin razón que te fomenta.
Acábase contigo la jarana
que a los hombres nos trae tan revueltos
desde que andan por ti los diablos sueltos.

Lluvia de rayos sobre el suelo venga,
que los tipos destruya y fundidores,
y cuanto al arte de imprimir convenga;
así tendrán los campos labradores,
volverá el zapatero a su zapato,
el sastre a su tijera, el pillo al hato.

Antonio José de Irisarri

999-Jane Facer



LA VIDA DE BRIAN

Nos hacía hasta llorar de tantísima risa,
pero ésta se detuvo al llegar su partida.
Ya pasó casi un año, y no ha habído jornada
en que no lo escucháramos, aún nos acompañan
sus agudas palabras, sus divertidos chistes;
un tipo más gracioso en el mundo no existe.
Aunque la vida avanza con su paso fatal,
a menudo paramos, contemplamos su faz
y la risas apagan nuestros viejos dolores,
pues él estará siempre en nuestros corazones.

Jane Facer

1000-José Bella Pérez



HUMANIZAR LA TIERRA

Horizontes con almas de colores,
con éxtasis de tiempos olvidados,
con consciencias propias
de su ilusorio renacer.
Tras la huella escondida
de un nuevo amanecer y acontecer.
El Universo palpitando vibraciones
en toda su infinitud
intentando revolucionar su propia
consciencia
para ampliar y armonizar su campo de
Amor Cósmico.
Se levantan, se alzan pequeñas
criaturas, en lo cotidiano de estos
paraísos, para hacer prevalecer
su capacidad y voluntad consciente
en la tarea de Humanizar la Tierra.
Difícil misión para ser realizada
por seres tan vulnerables e impotentes
ante la magnitud y dimensión de
tan grande tarea, casi divinizadora...

José Bella Pérez

1001-Carole Hughes



TUS CARTAS

Me cortejabas cuando éramos jóvenes,
con tus cartas desde el mar.
Escribías sobre el amor, la vida, los sueños,
desnudabas tu alma para mí.
Raramente mencionabas exóticos lugares,
el Sol y los cielos eran ignorados,
y en lugar de ello hablabas del destino,
la devoción, la verdad, Dios…
Aunque apartados por los océanos, nuestros espíritus
se mantenían unidos,
y tus cartas eran la clara impresión
de aquello que tu corazón guardaba.
Clásicas referencias, poetas evocados,
fragmentos románticos, una frase inspirada,
citas bíblicas, tus propios versos,
expresados por pasión, con franqueza,
para ser leídos y devorados en un millón de formas diferentes.


Y ahora que has navegado hacia otra orilla,
descansas en un plano distinto,
tus cartas vuelven a despertar mi alma
y de nuevo me estás cortejando.


Carole Hughes