EN MIS BODAS DE PLATA
Tras veinticinco años de andadura,
con la ilusión herida, pero entera,
al revivir la vocación primera,
grito que: ¡Estoy contento de ser cura!
Brava la empresa ha sido, áspera y dura;
pero mil veces que a nacer volviera,
Sacerdote de Cristo otra vez fuera,
que enamorado estoy de su Hermosura.
Tú bien sabes, Señor, de mis quebrantos,
traiciones, fallos, y cansancios tantos...
Todo lo sabes; y por eso clamo
hoy como ayer, inmarcesible tema,
con las palabras, que escogí por tema:
"Tú bien sabes, Señor, que yo te amo".
José Alberto Más Cebrián
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