son pequeñas y duran tan poco,
pero lo poco que duran es más que suficiente
para llenar mi corazón de alegría.
Son flores que me recuerdan a una amiga,
la mejor amiga que tengo;
ella es igual a la flor del cerezo.
Ella es linda y pequeña, siempre tiene una sonrisa en el rostro.
Ella escribe versos de amor y algún día, si Dios quiere,
también escribiré como ella, hablaré de cerezos en flor,
del cielo, del mar y todas las bellezas que existen aquí,
en esta tierra que amo, mi Japón.
Jessica Katayama
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