SONETO
¿Es posible, Señor, que en luz del Cielo
tu gracia transformar pueda la arcilla,
y que este ser que tanto nos humilla
lo eleve allá tan alto sobre el suelo?
¿Es posible acercar el Sol al hielo,
la nada a tu verdad, opuesta orilla;
convertir en eterna maravilla
lo que fue tentación y loco anhelo?
¡Ser como Dios, y que del pecho broten
las aguas vivas de un amor ardiente,
que calmen esta sed que el alma tiene!
Y pueda al cabo descansar mi frente
-aunque las olas de la vida azoten-
en la amistad de Aquel que me sostiene.
Baltasar Pérez Argos
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