MILAGROSAMENTE
No me mires nunca si me sabes muerto,
porque estoy cansado de la pena mía,
y al mirar sereno de tus ojos bellos,
¡milagrosamente resucitaría!...
No me beses nunca si me vieras muerto,
pues tu boca roja fue mi peor herida,
y si me besaras como yo te siento,
¡milagrosamente resucitaría!...
No me llores nunca cuando ya esté muerto,
porque estaré viendo cielos de armonía,
y si me lloraras de arrepentimiento,
¡milagrosamente resucitaría!...
No me llames nunca si me sabes muerto,
porque ya habré entrado a la postrer guardia,
y si tú me sueñas, por Dios lo presiento,
¡milagrosamente resucitaría!...
Nunca me recuerdes si me sabes muerto,
demasiado tiempo me quisiste un día…
Si me recordaras en tu pensamiento,
¡milagrosamente volveré a la vida!
Enrique Pedro Maroni
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