José María Blanco White



MYSTERIOUS NIGHT

¡Oh noche! cuando a Adán fue revelado
quién eras, y aun no vista, oyó nombrarte,
¿no temió que enlutase tu estandarte
el bello alcázar de zafir dorado?

Mas ya el celaje etéreo, blanqueado
del rayo occidental, Héspero parte:
su hueste por los cielos se reparte,
y el hombre nuevos mundos ve admirado.

¡Cuánta sombra en tus llamas ocultabas,
oh Sol! ¿quién acertara, cuando ostenta
la brizna más sutil tu luz mentida,

esos orbes sin fin que nos velabas? ...
¡Oh, mortal! y ¿el sepulcro te amedrenta?
Si engañó el Sol, ¿no engañará la vida? 

José María Blanco White (versión de Alberto Lista)

Modesto Parera



SÓLO TÚ

Llegaste un día sin saber ni cómo
con tu canción prendida a la garganta,
la instalaste en mi ser, y sobre el lomo
de mi prisión vivió cual tierna planta.

El aire desplazaba sus acentos
por los atajos donde el sol dormita:
las flautas, quejumbrosas, de los vientos
con su eco en tu voz se daban cita.

Solo tú, alma mía, solitaria,
caminabas inmune a la plegaria
que el monte y la llanura recitaban.

Solo tú, tan cercana y tan distante,
no aceptabas la fuerza del instante
que las cosas, gozosas, te brindaban.

Modesto Parera

Mary W. Shelley



Descansamos, y un sueño puede envenenar nuestro descanso.
Despertamos, y un pensamiento fugaz corrompe el día.
Sentimos, concebimos, razonamos;
reímos o lloramos, da igual:
pues ya sea el gozo o el dolor,
el sendero de su marcha aún está libre.
El ayer del hombre jamás será como el mañana.
¡Nada dura salvo la propia mutabilidad!

Mary W. Shelley