CAER
Caer es mi destino,
vestido de honor y dignidad;
después de caer, si es que cayera,
con ésta corona sobre mi cabeza,
mi cetro estaría en mi puño,
en compañía de los nobles.
Es indiferente el noble que esté a mi lado.
Su caída le honraría,
y le concedería una involuntaria alabanza:
en cambio sería primer rey
en cualquier tribunal inferior,
que reflejara secundariamente
la mayor parte de la luz sagrada, o aún menos.
Así justifico mi rebelión,
y nunca sentiré dolor u obstáculo.
Joost van den Vondel
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