DESPEDIDA
Ella se despidió de mí con suspiros y abrazos,
y luego me preguntó
cuándo habríamos de encontrarnos nuevamente.
Presentóse a mí sin velo, al descubierto,
y la aurora recibió de ella nueva luz
(por la hermosura de su cuello)
rodeada por las aberturas de la túnica y los collares.
Oh tú, cuyo semblante languidece sin enfermedad:
ante los ojos está el lugar
de combate para los amantes.
Ciertamente que el día de la separación
es un día terrible en grado sumo.
¡Ojalá que yo hubiere muerto
antes del día de la separación!
Aben Abderrabihi
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