54-Manuel de Cabanyes



MEMORIA

¡Memoria inmortal de un momento
de ilusión, delirio y encanto!
Nunca, nunca de mi alma te borrarás;
y mientras en ella esté grabada
la imagen de mi Julia,
mientras sienta y aliente este agitado corazón,
serás tú el suplicio y la felicidad de mi vida.

Perdón, celeste Virgen,
si a tus honestos labios
arrebaté de amor costoso un sí:
si a tu inocente pecho,
si a tus sueños tranquilos
turbé la calma plácida, perdón.

Yo te adoré: y un ara
de purísimo culto
en el seno del alma te erigí;
que ni mi ardiente boca,
ni mis ojos de fuego,
ni un pensamiento vago profanó.

¡Yo te adoré a ti sola!
Y ledo ya tejía
nupcial corona para orlar tu sien:
mas de repente en punzas,
en punzas venenosas
vi tornarse en mis manos cada flor.

¡Lejos, fatal guirnalda!
De la dicha renuncio,
si al bien que adoro llanto ha de costar:
de mi dolor el cáliz
apuraré yo solo:
sé tú feliz ¡oh amada! y pene yo.

¡Sé tú feliz!... Del pecho
la infausta imagen borra
de quien más que amador tu amigo fue;
y en urna funeraria
la triste llama ahoga,
llama primera que en tu seno ardió.

Sin una pobre choza,
sin un árbol antiguo
a cuya sombra el cuerpo adormecer,
yo arrastraré mi vida,
como torrente inútil
entre jaras y breñas corre al mar.

Mas solitario, errante
entre agitadas olas,
Sso el templo santo, en desperada lid,
¡oh Virgen! donde quiera
al ánima afligida
dulzura tus memorias llevarán.

Y cuando al fin mi espirtu
las odiadas cadenas
rompa que le atan a la arcilla vil;
y sus alas despliegue,
y a volar se aperciba
a la eterna mansión del Sumo Bien;

¡Ángel mío! en los coros
yo esperaré encontrarte
que himnos santos entonan al Señor;
y a tan plácida idea
sobre el muriente labio
sonrisa celestial florecerá.

Manuel de Cabanyes

No hay comentarios:

Publicar un comentario