920-Simón Calcaño



LA MUERTE DEL POETA

Canta la patria y el amor, ferviente
culto tributa a la virtud divina;
como el sol los espacios ilumina,
que un rayo de su luz lleva en la mente.

No se dobla ante el déspota insolente
ni el oro vil su corazón domina;
ante el altar de la verdad inclina
ceñida de laurel la noble frente.

Y cuando al fin de la vital jornada
viene la muerte a detenerle el paso
y apaga el numen que agitó al gigante,

baja el Poeta a la postrer morada
como desciende el sol hacia su ocaso
dejando tras de sí rastro brillante.

Simón Calcaño

921-Ghalib Mirza Asadullah Khan



ESTOS VERSOS DIVINOS

Estos versos divinos,
que surgen mientras escribo
son las sagradas revelaciones
que descienden de las alturas;
el sonido de la pluma del escribano
en la quietud de la noche
es verdaderamente la musa celestial
que pronuncian sus palabras inmortales.

Ghalib Mirza Asadullah Khan

922-Sant Surdas



EL DESAYUNO

Oh, Hari, esta mañana, despierto,
hay agua en la jarra para que laves tu semblante,
no te apresures, tenemos mucho tiempo.
Te traeré lo que te apetezca para desayunar,
frutos secos, mantequilla, miel y pan.
Así habla Suradas Yashoda
y su corazón reboza de júbilo
cuando su mirada descansa sobre su niño querido.

Sant Surdas

923-Kabir



DIME, HERMANO

Dime, hermano, ¿como podré renunciar a Maya?
Cuando renuncié a las ataduras de los cintos,
entonces me até a mis vestiduras:
cuando me liberé de él,
todavía las fundas me seguían cubriendo;
cuando renuncié a la pasión,
comprobé que la ira permanecía;
y cuando me liberé de esta ira,
aún seguía en mí la codicia;
cuando ésta se desvaneció,
aún estaba allí el orgullo y la vanidad;
cuando la mente se independiza,
desprendiéndose de Maya,
aún sigue aferrada a su estela...
Dice Kabir: "Escucha, querido Sadhu:
el Camino de la Verdad rara vez es hallado".

Kabir

924-Luis Calvo Revilla



A UNA JOVEN

¿Verdad que ser amada te cautiva
a la usanza de ayer; que te recrea
ser tú, de un don Quijote, Dulcinea,
más que el amor que dicen que ahora priva?

¿Verdad que lo ideal, aunque reciba
hoy mote de inocente, se desea
como algo que en las almas señorea,
y hace que Dios en los humanos viva?

Pues ríete de cuentos y de prosa:
hoy o ayer no hay amante que no note
por Panza que antes fuera que es Quijote;

que por amor de la mujer hermosa
se harán siempre aún mayores desatinos
que tomar por gigantes los molinos.

Luis Calvo Revilla

925-Matsuo Basho



EL POEMA DE MI MUERTE

De tanto viajar enfermo,
sólo mis sueños errantes
en los páramos desérticos
me llevarán adelante.

Matsuo Basho

926-Narciso Campillo y Correa



A LA EUCARISTÍA

Por más que se levanta el pensamiento
con vuelo desusado y peregrino,
hallar no puede en su ideal camino
otro tan alto y singular portento.

Que baje Dios desde el sublime asiento,
que dé su carne en pan, su sangre en vino,
que habite el cuerpo del mortal mezquino
y se confunda y viva con su aliento.

Misterios son en que se abisma en vano
aun del ángel la clara inteligencia,
cual piedra en la extensión del océano.

¿Quién investigará la Eterna Esencia?
Absorto y mudo ante el grandioso arcano
invoco yo la fe, y ella es mi ciencia.

Narciso Campillo y Correa


A MI HIJO

Tu madre mece tu cuna

y te canta dulcemente;
tú al oírla te sonríes,
mi alma se deleita en verte.
Porque tu rubia cabeza
manzana de oro parece;
porque hoy esos rojos labios
que yo beso tantas veces
por vez primera mi nombre
pronunciaron balbucientes;
porque te adoro, hijo mío,
y mi encanto y vida eres.
Luce la lámpara tibia,
fuera brama el viento y llueve:
¡cuántos niños a esta hora
de hambre y frío se estremecen!
Mas... Silencio, en torno mío
aspiro perfume leve,
oigo un lánguido aleteo
que ya acercándose viene;
es el Sueño, está a la puerta:
¡duerme, hijo del alma, duerme!
¡Qué dorados son tus rizos!
¡Qué pura y blanca tu frente!
¿Con quién hablas y qué dices,
pues así tus labios mueves?
¿Los ángeles tus hermanos
tal vez del Cielo descienden?
¿Hablas acaso con ellos
de otros mundos, de otros seres?
¡Oh, si voláis a esta hora
junto a mi niño inocente,
espíritus invisibles,
amparadle y protegedle!
Murmurad en sus oídos
vuestros cantares celestes;
cubridle, espíritus santos,
con vuestras alas de nieve,
y al soplo de vuestro aliento,
que ricos aromas vierte,
mire yo ondular sus rizos
por sus azuladas sienes.
Contigo están los querubes:
tú lo sabes, tú los sientes;
¡oh niñez! ¡Oh edad de oro!
¡Duerme, hijo del alma, duerme!
Yo velo, mi amor profundo
guarda tu sueño inocente,
¡y ojalá tu vida entera
guardar y guiar pudiese!
Rosa, el niño está dormido,
no cantes, no se despierte.
Que goce feliz reposo
y con los ángeles sueñe,
mientras fuera brama el viento,
en densos raudales llueve,
y se oye del mar cercano
el hondo rumor solemne.
Estos cantos varoniles
más bien arrullarle deben;
es hombre al fin, y su vida,
sólo saberlo Dios puede,
si pasará sosegada
cual arroyo de ondas leves,
o correrá impetüosa
tal como hervidor torrente.
Tú lucharas, pero en tanto
goza de tu edad tan breve,
y a la vista de tus padres
¡duerme, hijo del alma, duerme!
Oigo decir que el sepulcro
guarda misterios solemnes:
es verdad; también la cuna
terrible problema envuelve.
Es como indecisa nube
que se forma, avanza, crece,
los rayos del sol y el día
la coloran y la impelen.
Tal vez traiga bondadosa
dulce lluvia al campo verde;
tal vez eclipsando el día
negro pabellón despliegue
y con el furor del rayo
hunda las torres más fuertes.
Niño, tu cuna es la nube
donde mis ojos se vuelven;
que nunca al fango descienda,
que vaya alzándose siempre,
y, alada, gentil, sublime,
hasta el mismo Cielo llegue.
Pero... el relámpago brilla,
Rosa, y con más fuerza llueve:
cierra bien las puertas todas,
que el niño no se despierte.

Narciso Campillo y Correa

927-José Campo Arana



EL AGUILA

Alza su vuelo el águila altanera
rauda cruzando pueblos y naciones,
y hace con sus despojos y pendones
arco triunfal a su triunfal carrera.

Tiembla aterrada y muda Europa entera
por su acerada garra hecha jirones
desde las frías, árticas regiones,
hasta la Italia donde el sol impera.

Quiere herir al León envanecida,
mas, de su roja crin tendiendo el pelo,
su zarpa clava en ella y cae vencida.

Duda, vacila alzándose del suelo
al sentirse en Bailén de muerte herida,
y abate en Waterlóo su incierto vuelo.

José Campo Arana

928-Gosvami Tulsidas



MAYA

Hasta hoy perdí el tiempo y la vida en cosas insignificantes.
La gracia del dios Rama me despierta de mi sueño.
Despierto, no permitiré que Maya (la Ilusión) me haga su presa.
El Señor me concedió su gracia,
como un tesoro la aferro contra mi pecho
y ni un sólo segundo la alejaré de mí.
En mi mente está la bella presencia del Señor.
Fui engañado durante mucho tiempo,
esclavo de los sentidos terrenales.
Pero ya no me aferraré a ellos nunca más.
Me he vuelto como una abeja
a los pies del Loto del Señor
y no permitiré a mi mente
dejar por un instante el disfrute de su néctar.

Gosvami Tulsidas

929-Alexander Sergeyevich Pushkin



EL SUEÑO

No hace mucho tiempo, en un sueño encantador,
me vi como un rey con el tesoro de su imperio;
estaba enamorado de ti, parece ser,
y mi corazón latía con gran placer.
Cantaba mi canto de amor junto a tus rodillas.
¿Por qué, sueños, no prolongastéis mi felicidad para siempre?
Pero los dioses no me privaron de todos sus favores,
simplemente perdí el reino de mis sueños.

Alexander Sergeyevich Pushkin

930-Samuel Taylor Coleridge



DESEO

Donde el verdadero amor arde con el deseo
está la pura llama del amor;
es el reflejo de nuestro entorno terrenal,
que toma su sentido de su parte más noble
y no obstante traduce el lenguaje del corazón.

Samuel Taylor Coleridge

931-Calisto Campo Redondo



A LOS OJOS DE AMELIA

Amelia hermosa, si posible fuera
que su lumbre perdiesen rutilante
las estrellas que en orbe de diamante
bordan y esmaltan la celeste esfera;

que el astro de la noche suspendiera
su nacarada luz, y el sol radiante
apagase la llama coruscante
y el fuego inmenso de su tierna hoguera;

que, trastornado el orden de natura,
en densa oscuridad y noche umbría
quedase el universo, por ventura;

una mirada tuya bastaría
para poblar de luz en un momento
la tierra, el mar, el aire, el firmamento.

Calisto Campo Redondo

932-Lewis Carroll



ÁNGEL DEL HOGAR

El regazo de una madre:
de sus problemas y pueriles lágrimas,
niebla que envuelve sus nacientes años;
mira como en sueños ella parece cantar
un salmo sin voz, una ofrenda
elevada para gloria de su rey
por amor, porque amar es descanso.

El beso de un ángel:
La más valiosa de todas las expresiones
que unos labios amorosos pueden ofrecer
una vez y otra como dulce mensaje
Llena hasta rebosar de alegría infantil,
la niñez es verdaderamente niña
y su visión del Cielo es aún
la de su hogar, tal es su Gloria.

Lewis Carroll

933-Mira Bai



LOCA DE AMOR

Estoy loca de amor,
pero nadie comprende mi súplica;
tan sólo el herido
entiende las agonías de los heridos,
cuando el fuego se ensaña en el corazón.
Solamente el joyero aprecia el valor de una joya,
mas no quien la desprecia.
Vagabundeo de puerta en puerta, dolida,
sin encontrar a un doctor...
El dolor de Mira irá retrocediendo
cuando Shyam se acerque a mí como doctor.

Mira Bai

934-Francisco Camprodón Lafont



SONETO

Así que el primer hombre hubo pecado,
se nublaron los cielos de repente,
y empuñando una espada refulgente
le dijo un ángel con acento airado:

“Lejos de este lugar que has profanado,
y al recordar su encanto , eternamente
surquen arrugas tu orgullosa frente
y anda a comer el pan del desterrado.”

Transido Adán de amargo desconsuelo
cruzó sus manos y exhaló un gemido,
y al ver cerrar, con lágrimas de duelo,

tras sí las puertas del Edén perdido,
exclamó el infeliz mirando el cielo:
“¡Si me quitáis el bien, dadme el olvido!”

Francisco Camprodón Lafont

935-Amir Khusrow



NAMI DANAM

Me pregunto como era el lugar
donde estuve anoche,
estaba rodeado de víctimas
medio sacrificadas para el amor,
llevados por la agonía.
Había una especie de ninfa
amada por algo con forma de ciprés
y cara que evocaba al tulipán,
despiadadamente jugando
con los corazones de los amantes.
Dios era el maestro de ceremonias
en la corte celeste;
oh, Khrusrau, también arrojaba luz el semblante del Profeta
como vela encendida.

Amir Khusrow

936-Johann Wolfgang Von Goethe



NORMA DE VIDA

Si prefieres una dichosa vida,
no llores por el tiempo que pasó;
si eres pobre, supón que hoy has nacido.
Disfruta siempre cada nuevo día,
y no albergues rencor por tus hermanos;
del resto, deja que se ocupe Dios.

Johann Wolfgang Von Goethe

937-Eduardo de Ory



TODO CANTA

¡Todo canta! La rosa riente
que su aroma en el aire derrama;
al conjuro del viento la rama;
al rumor de sus olas, la fuente.

¡Todo canta! La mansa corriente
y el horrísimo mar. La áurea llama
cuando el fuego vivísimo trama;
la avecilla fugaz e incipiente...

¡Todo canta! Y un salmo gigante
va el conjuro formando, triunfante,
con sus voces de vida o anhelo...

¡Y ese himno sin par de hermosura,
en honor de la inmensa natura,
es ofrenda que elévase al cielo!

Eduardo de Ory


DIOS

El que llena de flores los vergeles
y de águilas caudales las montañas;
el que lleva a las míseras cabañas
aromas de cariños y de mieles.

El que da la victoria y los laureles
al bravo paladín por sus hazañas;
el que allá, de la sierra en las entrañas,
vibra en los vientos de las noches crueles.

El que cuida del pobre pajarillo,
el que le da a los astros resplandores
y palideces en la luna encierra;

Quien compendia lo grande y lo sencillo,
quien es Señor de todos los señores:
¡ese es el Rey del Cielo y de la Tierra!

Eduardo de Ory

938-Jerónimo Cáncer y Velasco



SONETO

Ya el corazón, Señor, vive violento
entre las sinrazones del pecado
y más que de gustoso de dejado,
está para la enmienda sin aliento.

Muy cerca miro de arrepentimiento;
(o me lo finge mi discurso errado)
este temor preciso, y destemplado,
que se mezcla en las horas del contento.

Ya siento una ignorada resistencia
al cometer de errores tanta copia;
y aunque esto es circunstancia, y no disculpa.

Sálgame a recibir vuestra clemencia,
que si me lleva a vos mi culpa propia,
no habéis de hacer vos menos, que mi culpa.

Jerónimo Cáncer y Velasco

939-Benito Cuesta



AL CAUDILLO

Forjador de la paz y del imperio,

rompiste con tu espada noble y pura
aquella miserable ligadura
nacida con el rojo cautiverio.

Convertida la patria en cementerio,
invadió los hogares la amargura,
sin fe, sin esperanza y sin ventura,
cuando lo porvenir era un misterio.

Oteando las aguas del estrecho,
Franco surge en las tierras africanas
radiante como el sol de las mañanas;

A España ofrece su abnegado pecho,
nos lleva por gloriosos derroteros...
Capitán General de nuestra Armada:
¡Orgullosos están tus marineros!

Benito Cuesta

940-Ch'iu Tsing



PUEDO DAR

Puedo dar mil onzas de oro por una buena espada,
cambiaría con gusto mi cibelina por un vaso de vino.
Pero doy precio más alto a mi sangre ardiente,
que sacrificada aún tendrá la fuerza de las olas azules.

Ch'iu Tsing

941-Ts'en Ping-Tang



A UN AMIGO

Tú y yo, antes,
estudiábamos juntos el Taoísmo.
No supe comprender esta doctrina,
ningún encanto encuentro en tu pobreza.
Antes estabas en el palacio imperial,
ahora eres un campesino de estos alcores;
escuchas el canto del gallo, con angustia,
en la noche cerrada que no anuncia la aurora.
Al fin del año tus hijos pasan hambre,
gritan y lloran, se entera el vecindario.
Deben darte tus amigos algunas medidas de arroz,
que te apresuras a repartir entre los tuyos.
¡Ay, qué doloroso es ver a un letrado
que no hace valer la grandeza de su persona!

Ts'en Ping-Tang

942-Lu Yeu



TRISTEZA PRIMAVERAL

La tristeza primaveral es vasta, cubre el cielo y la tierra.
Cuando parto, aún no llegué y ya me precede.
Llena los ojos de una bruma que renace de súbito,
se enlaza a las gentes como la fiebre; no hay como huirla.
Un amigo me ha venido a ver, me propone una copa de buen vino,
pero yo le digo riendo: No te esfuerces.
Cuando se bebe, es por beber; cuando se está triste, te quedas triste;
la tristeza y el vino se siguen,
van juntos como un rápido corcel y un buey.

Lu Yeu

943-César Cancio Madrigal



REVERDENCIA

Ha vuelto a retoñar el árbol seco
cuyo ramaje de pajiza plata
como canosa red se tuerce y ata
sobre su tronco verrugoso y hueco.

Aspecto triste, pálido y enteco
ya no presenta la nervuda mata,
pues nueva savia con vigor desata
de sus retoños el sedoso fleco.

La luz primaveral con sus ardores
de tu noche infecunda mató el luto
vistiéndote de mágicos colores.

¡Árbol añoso de ramaje hirsuto,
hoy constelado de brillantes flores,
verdes renuevos y pomposo fruto!

César Cancio Madrigal

944-Su Tong-Po



AUNQUE FUERAN PERLAS

Aunque fueran perlas lo que del Cielo cayera,
quienes pasan frío no podrían hacerse un traje.
Aunque fueran jade lo que del Cielo cayera,
quienes pasan hambre no podrían cocinarlo.

Su Tong-Po

945-Chao Yong



CANCIÓN

Delante de las flores bebo y me emborracho;
ebrio, sosteniendo un ramo de flores en mi mano,
continúo cantando.
¡Encantadoras flores, no os burléis de mi blanca cabeza,
porque esta cabeza blanca ha visto ya numerosas
y encantadoras flores!

Chao Yong

946-Wang Yu Tcheng



QUÉ TRISTE ES SER MUJER

¡Qué triste es ser mujer!
Nada hay en el mundo tan poco estimado.
Los chicos varones se yerguen en la puerta
como dioses caídos del Cielo,
su corazón desafía a los cuatro océanos
y al viento y al polvo de mil millas.
Nadie se alegra en cambio cuando una niña nace.
Ni sus parientes le hacen caso.
Cuando crece se oculta en su aposento,
temerosa de mirar el rostro de un hombre.
Ninguno llora si ha de dejar el hogar paterno...
Sale rápidamente como una nube que al pasar
esparce su lluvia.
Con la cabeza baja y el rostro sereno,
muestra los dientes entre los labios, arrodillándose
incontables veces.

Wang Yu Tcheng

947-Tchan Tsi



CANCIÓN

El cielo azul es inmenso y vacío,
el claro sol alumbra sin raíces ni apoyo,
su fulgor luminoso salido de la tierra
de nuevo entra en la tierra.
Su curso hace que nuestra juventud
dure sólo un instante.
Nos hemos encontrado los dos y, de pronto,
quedamos silenciosos,
entristecidos con la edad que avanza.
Jamás tendremos más alegría que hoy.
Una copa de oro está ante ti, llena de vino.
Saludándote, te deseo que vivas mil años.

Tchan Tsi

948-Mong Kiao



DOLOR SOLITARIO

Anteayer nos despedimos y a lo lejos fue desapareciendo;
ayer ya aparecían mis primeros cabellos blancos.
Quien desee saber qué se siente cuando tanta distancia nos separa,
que se quede en su lecho sin dormir, a media luz bajo la luna.

Mong Kiao

949-Po Chu Yi



EL BAMBÚ EN LA VENTANA DE LI TSE YUN

No lo cortes para hacer una flauta,
no lo cortes para hacer una caña de pescar.
Cuando sus hojas y flores estén marchitas,
aun será hermoso bajo los copos de la nieve.

Po Chun Yi

950-Han Yu



CANCIÓN

No expulséis a las moscas de la mañana,
salvad los mosquitos de la tarde.
Si os rodean,
fácil es defenderos.
¡Su vida es tan efímera!
Qué tengan su parte de existencia;
el viento de la nueva luna
los barrerá sin dejar rastro.

Han Yu

951-Tu Fu



ELIGIENDO CINTAS

Eligiendo cintas, toma la más larga.
Eligiendo flechas, toma la más fuerte.
Matando hombres, mata primero su caballo.
Tomando prisioneros, cautiva primero a sus capitanes.
Hay un límite para la matanza de los hombres.
Un pueblo debe tener fronteras y atenerse a ellas.
Es suficiente con mantener alejados a los enemigos.
No tiene sentido tantos heridos, tantos muertos.

Tu Fu

952-Li Po



BEBIENDO BAJO LA LUNA

Está entre las flores el jarro de vino.
Bebo solo, sin compañía.
Levantando mi copa invito a la luna,
para que con mi sombra seamos tres.
Aunque la luna no sabe beber
y mi sombra sólo acierta a seguirme,
en este instante son mis compañeros
alegrándonos juntos en la primavera.
Yo canto, se pasea la luna,
yo bailo, titubea mi sombra.
Antes de la embriaguez reímos juntos;
cuando me embriago, cada cual vuelve a su casa.
Así estoy ligado a los amigos insensibles
con los que me cito en la Vía Láctea.

Li Po

953-Fray Bernardo de Cárdenas



SONETO

Ensilla, Sancho amigo, a Rocinante,
dame la lanza y yelmo de Mambrino,
acomoda la alforja en el pollino
y el bálsamo precioso pon delante.

Pues Dios me hizo caballero andante,
hoy desfacer un tuerto determino,
que face una Doncella a un malandrino,
jayán desaforado y cruel gigante.

Dice que fue su esclava esta Doncella,
y miente, pues sé yo, que cuanto él dice,
ella gentil deshizo su cabeza.

A mi me toca, Sancho, el defendella:
yo soy su caballero, y voto hice
de defender su virginal Pureza.

Subió con ligereza,
y tomando su yelmo, escudo y lanza,
le siguió su escudero Sancho Panza.

Fray Bernardo de Cárdenas

954-Ching Yen



MI AMADO

Mi amado hace ya mucho que esta en la batalla,
y yo permanezco sola, contemplando mis paredes
donde pende tantos instrumentos de música.
Mi pelo se va tornando cano sobre la almohada,
mi beldad va marchitándose bajo la luz de la vela
y en mi corazón conservo esa pregunta interminable:
¿Cuando se detendrá la guerra en nuestro país?
¿Cuando veré de nuevo su caballo en nuestro patio?

Ching Yen

955-Pao Tchao



CANCIÓN

Noche de invierno profunda,
canto sentado en la noche.
Antes que el acorde vibre
puedes conocer mi alma.
Queda escarcha en mis cortinas,
el viento gime en el bosque.
La lámpara está apagándose,
tu rostro ardiente no veo.
Es tu canción la que canto,
sobre el aire de tu música.
Poco me importan sus notas,
lo que busco es el recuerdo.

Pao Tchao

956-Fu Huian



PIENSO CÓMO ERA ANTES

Antes tú y yo estábamos
inmensamente unidos
como un cuerpo y su sombra.
Sin embargo ya eres mía
y eres cual nube que se aleja
después de la tempestad.

Antes tú y yo estábamos
como una canción y su eco,
en perfecta armonía.
Sin embargo ya eres mía
y eres cual las hojas muertas
que se desprenden de los árboles.

Fu Huian

957-Ts'Ao Tch'E



POEMA A UN AMIGO

El frío ha empezado al iniciarse el Otoño,
los árboles del patio lentamente se deshojan.
La escarcha es gélida sobre los escalones de jade,
se levanta el viento y envuelve todo el pabellón.
Las nubes este amanecer se han marchado de las cumbres
y la lluvia agrandó los ríos y los pantanos.
Ya terminaron la cosecha en los campos y alcores,
el campesino cuida siempre de sus frutos.

Los que viven en la riqueza no se acuerdan de los pobres.
¿A quién le importa lo que les sucede?
Con que tengamos con que abrigarnos en el Invierno,
¿quien va a soñar con aquellos a los que les falta?
Mi corazón se vuelve a los antiguos sabios,
aquellos que no reparaban en tesoros ni oropeles.
Vuestro amor es tal cual era el suyo,
y no sois avaricioso ni siquiera de vuestras virtudes.

Ts'Ao Tch'E

958-Ts'Ai Yen



CANTO XII

La brisa del Este trajo un soplo de la Primavera,
templándolo todo. Sí, es el emperador de la China
que reparte por todo el Universo el Sol y la Paz.

Los Hunos, cantan, alegres, llenos de jolgorio;
China y sus gentes cesaron en sus guerras.
De repente me veo con el mensajero imperial,
cargado de onzas de plata
con las que pagar mi rescate a los bárbaros.

¡Qué ilusión regresar,
ver a mi gran Soberano otra vez!
¡Qué tristeza dejar a mis niños,
decirles adiós para siempre!

Es este mi duodécimo canto
de alegría y de tristeza.
Ir o permanecer, es la misma congoja.
Quisiera ser yo y otra diferente al mismo tiempo.

Ts'Ai Yen

959-Maria Konopnicka



HAY EN MI PECHO

Hay en mi pecho una tumba silenciosa
que no adorna ninguna flor
y en cuyo mortal refugio
no yace ningún cadáver.

Sobre ella no suena el metal de las campanas,
ni le pesan grandes masas de tierra.
En esta tumba silenciosa
no hay ni losa ni cruz.

En ella cayó el rayo
que doraba mi vida.
Lo único que hay en ella es mi sueño silencioso
y el latido confiado de mi corazón.

Maria Konopnicka