HAY EN MI PECHO
Hay en mi pecho una tumba silenciosa
que no adorna ninguna flor
y en cuyo mortal refugio
no yace ningún cadáver.
Sobre ella no suena el metal de las campanas,
ni le pesan grandes masas de tierra.
En esta tumba silenciosa
no hay ni losa ni cruz.
En ella cayó el rayo
que doraba mi vida.
Lo único que hay en ella es mi sueño silencioso
y el latido confiado de mi corazón.
Maria Konopnicka
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