CANTO XII
La brisa del Este trajo un soplo de la Primavera,
templándolo todo. Sí, es el emperador de la China
que reparte por todo el Universo el Sol y la Paz.
Los Hunos, cantan, alegres, llenos de jolgorio;
China y sus gentes cesaron en sus guerras.
De repente me veo con el mensajero imperial,
cargado de onzas de plata
con las que pagar mi rescate a los bárbaros.
¡Qué ilusión regresar,
ver a mi gran Soberano otra vez!
¡Qué tristeza dejar a mis niños,
decirles adiós para siempre!
Es este mi duodécimo canto
de alegría y de tristeza.
Ir o permanecer, es la misma congoja.
Quisiera ser yo y otra diferente al mismo tiempo.
Ts'Ai Yen
No hay comentarios:
Publicar un comentario