939-Benito Cuesta



AL CAUDILLO

Forjador de la paz y del imperio,

rompiste con tu espada noble y pura
aquella miserable ligadura
nacida con el rojo cautiverio.

Convertida la patria en cementerio,
invadió los hogares la amargura,
sin fe, sin esperanza y sin ventura,
cuando lo porvenir era un misterio.

Oteando las aguas del estrecho,
Franco surge en las tierras africanas
radiante como el sol de las mañanas;

A España ofrece su abnegado pecho,
nos lleva por gloriosos derroteros...
Capitán General de nuestra Armada:
¡Orgullosos están tus marineros!

Benito Cuesta

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