DIOS ME NEGÓ
Dios me negó esa dimensión angelical
sin la cual un poeta de nada sirve a las personas.
Si la tuviera, vestiría el mundo con encantamientos,
mas como no la tengo, sólo soy un hacedor de versos.
Hay en mi corazón sonidos celestiales,
pero antes de que lleguen a la boca se abren en dos.
Las personas sólo oirán los estruendosos crujidos.
¡Yo de día y de noche oigo a mi corazón!
Él late así en las olas de mi sangre,
cual estrella que suena en las turbulencias del firmamento.
Nadie la oye en el salón de bodas,
pero Dios sí la escucha desde el ocaso al orto.
Zygmunt Krasinski
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