SONETO
Tú, que con celo santo y pecho osado
(despreciando del mar tempestuoso
las ondas), arribaste al poderoso
Reino de gente indómita habitado
y esparciendo en los pechos del helado
pueblo el licor süave y precïoso
más que néctar, dejaste el glorïoso
estandarte de Cristo enarbolado,
el inmortal trïunfo de tamaña
victoria goza; la famosa frente
de verde yedra y arrayán ceñida;
tu nombre cante la feliz España
por mil causas, quedando eternamente
a tan sabrosa historia agradecida.
Fray Pedro Malón de Chaide
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