SONETO
Voy a hacer un soneto, porque ahora
de sonetos está la musa mía;
que hay quien muda dictamen cada día
y mi musa lo muda cada hora.
No es mucho ser mudable, si еs señora;
y yo, que le conozco la manía,
temo, si me descuido, que se ría
de mí, porque es un tanto burladora.
Pues que si rematado aquel cuarteto,
se le antoja una décima u octava,
no hay que acordarse más de tal soneto.
Mas, loado sea Dios, que ya se acaba
en añadiendo al último terceto
este verso, no más, que le faltaba.
Tomás González Carvajal
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