232-Helen Schucman




EL SALUDO
 
No digas otra cosa que "te amo"
a todas las criaturas vivientes,
y ellas extenderán sus bendiciones
que te mantendrán a salvo
y en la completa seguridad
de que perteneces a Dios y Él te pertenece.
¿Cuál si no "te amo"
podría ser el saludo de Cristo a Cristo
cuando consigo mismo se encuentra?
¿Y qué eres tú sino el Hijo de Dios,
el Cristo al que Él quiere dar la bienvenida?

Helen Schucman

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