EL HIJO DE LA NOCHE
En el principio existían el Caosy la Noche,
el Erebo oscuro y el Tártaro inmenso:
la Tierra no existía, ni el aire ni el cielo.
En el regazo infinito del Erebo
la noche de alas negras
puso un huevo sin germen,
y pasado el tiempo preciso
nació el adorable Eros, con alas de oro,
semejante a un viento huracanado.
Y en el Tártaro enorme
se unió Eros al Caos tenebroso
engendrando nuestra raza.
No existían entonces los dioses
hasta que Eros mezcló los elementos
y forjó el Océano con ellos,
surgieron Cielo y Tierra
y la indestructible estirpe
de los Dioses dichosos.
Aristófanes
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