388-Nicolás Paso y Delgado



TU MIRADA

Ni la dulce purísima alegría
del infeliz que mísero gimiera
cuando su flaca mano descubriera
rico tesoro entre la tierra fría;

ni el gozo singular que sentiría
el que abatido ciego padeciera
cuando su vista el arte le volviera
y adorase la luz del claro día;

ni el entusiasmo del que a Dios implora
pisando del patíbulo la grada
cuando el justo perdón llega en tal hora;

igualan de mi mente enamorada
el contento, ¡mujer encantadora!,
cuando la vida bebo en tu mirada.

Nicolás Paso y Delgado

No hay comentarios:

Publicar un comentario