DECEPCIÓN
La dolencia del alma a nadie mata,
mas le hace agonizar su gran presión...
Cuando el dolor el corazón maltrata,
se escapa por los ojos su aflicción.
Mas la pena que el llanto nos desata
no aminora el ardor del corazón;
sus fibras moja y con rencor dilata
para acopiar más cruel desolación.
¡Ay, pobre del que en hora maldecida
siente el amor y es del amor proscrito!
¡Le huye la muerte, mas también la vida!
Vive para probar que no es un mito
que, si el hombre se inflama sin medida,
¡su dolor sin amor, será infinito!
Mariano Aguiló i Fuster
No hay comentarios:
Publicar un comentario