215-Juan López de Úbeda



SONETO

Dulcísimo Jesús, mi amor festina,
festina que por verte peno y muero;
muero por ti, y ansí, mi amor, lo quiero;
quiérolo porque amor a esto me inclina.

Inclíname a decir: Mi amor, camina,
camina más que el gamo muy ligero,
ligero y sin tardarte, porque espero,
espero que esperando amor se afina.

Enfermo estoy de amor y muy sediento,
sediento como el siervo fatigado;
fatigado de amor tengo mi pecho;

mi pecho sólo en verte está contento;
contento no hay sin ti, Jesús amado,
amado con amor fuerte y estrecho.

Juan López de Úbeda


NIÑO DIOS

Niño Dios que lloráis ahora,

no hay placer que en vos no mora.

Vuestro llanto es mi consuelo,

vuestra pena es mi alegría,
y es calor al alma mía
veros temblar en el suelo,
porque, Niño y Rey del Cielo,
aunque sollozáis ahora,
no hay placer que en vos no mora.

Veros pobre a causa mía

me es a mí gozo y riqueza,
pues que con vuestra pobreza
me dais gloria y gran valía,
que aunque estáis sin alegría
temblando y llorando ahora,
no hay placer que en vos no mora.

Juan López de Úbeda

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