290-Pedro Díaz de Ribas



SONETO

Por ensalzar ¡oh Virgen! tu belleza
con profético acento y voz sagrada,
eres a lo más bello comparada,
que en sus senos guardó naturaleza.

Blancas estrellas ciñen tu cabeza,
tu vestidura está del sol bordada,
y si despiden lumbre desusada,
recíbenla sin fin de tu pureza.

Quien a tu nombre, siempre glorïoso,
de mancha original sombras le miente,
niega la luz al resplandor del día.

Crezca, pues, el afecto religioso,
y aun las piedras pregonen vivamente
tu Inmaculada Concepción, María.

Pedro Díaz de Ribas

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