LA AGONÍA DE LA ROSA
Infiriendo al armiño aleve ultraje
con su púrpura intensa y lujuriosa,
prendida sueña la purpúrea rosa
entre las blondas del nevado traje.
Arrancada al misterio del follaje,
languidece en la curva voluptuosa
del virgen seno, triste y misteriosa
en la pálida bruma del encaje.
Agoniza; del lánguido capullo,
que fue de las florestas el orgullo,
un pétalo marchito se desprende
con la tristeza de los hondos duelos,
y un perfume sutil, ligero asciende
como un alma que sube hacia los cielos.
Carlos Ortiz
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