AL VOLVER
De aquel amor que, un día, nos juramos,
el alma llena de divino fuego,
y que en la ausencia fue recuerdo luego
y esperanzas de ensueño que alentamos,
¿qué se hizo?... Otra vez nos encontramos
y hay en mis ojos, a tu amor un ruego,
y en tu silencio a imaginarme llego
la noche de la aurora en que soñamos.
Me vuelvo nuevamente a tu presencia,
tras el éxodo amargo de la ausencia
y es mi dolor como el dolor sombrío
de aquel creyente que al volver, hallara
en el templo divino en que adorara,
roto el encanto y el altar vacío.
Carlos Prats
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