SONETO
Bulto, que tienes forma de haber sido
rostro mortal, con ojos y cabellos,
¿adónde, di, dejaste tanto vello,
que te contemplo triste y denegrido?
Dime si te quitó lo colorido
(pues veo que en tu frente dejó el sello)
la muerte, y ya los ojos por no vello,
huyeron hasta el valle del olvido.
Cáusete horror, viviente, lo que miras
en este triste espejo de la muerte;
guía tus pasos sólo a vivir quieto.
Olvida para el prójimo las iras,
mira que un esqueleto te lo advierte,
y te tendrá cualquiera por discreto.
Francisco de los Santos
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