511-Domingo Rivero



EL MUELLE VIEJO

Cuando el sol de la tarde sus rayos amortigua
y al muelle en sombra dejan sus pálidos reflejos,
por las aceras toscas de la explanada antigua,
siguiendo su costumbre, van llegando los viejos.

Desde ese muelle, anhelo de tres generaciones,
en otro tiempo vieron, sobre la azul llanura,
cruzar las blancas velas de las embarcaciones
como presagio humilde de la ciudad futura.

Y hoy, desde el viejo muelle, silencioso y desierto,
miran con turbios ojos salir del nuevo puerto
para Marsella o Londres, Hamburgo o Liverpool,

en vez de los pequeños veleros de estos días,
vapores poderosos que exportan mercancías
y manchan de humo negro el horizonte azul.

Domingo Rivero

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