A LA SABIDURÍA
Pluguiera a Dios, que en ti, Sabiduría
(guía del alma, y celestial lumbrera)
hubiera yo empleado el largo día,
la fría noche, el tiempo, que perdiera.
Tuviera con tu dulce compañía
alegría en lo adverso, y paz entera:
viera lo que no vi cuando creía,
que veía, lo que ver jamás quisiera.
Vencido de ignorancia, pobre y ciego,
entrego a ti el ingenio envejecido
despedido del ocio y vano juego,
ruégote le recibas, que aunque ha sido
perdido por su gran desasosiego,
sosiego ha de hallar a ti rendido.
Juan Díaz Rengifo
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