CESAR
Alta la frente, audaz, dominadora,
radiante al sol el formidable acero,
traspasa el Rubicón el gran guerrero,
y el orbe en pasmo su poder adora.
Mas temblando del mundo la señora
al ver del héroe el continente fiero,
al vencedor del galo y del ibero
se rinde, vil, y su ignominia llora.
El gran Pompeyo, en su terror profundo
de César huye, y en campal batalla
por la alma libertad, lucha sin fruto.
Triunfante César encadena el mundo,
y el mundo todo en su presencia calla,
menos el brazo y el puñal de Bruto.
José María Salazar
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