LA CIGARRA
Amor del sol, mi origen es divino;
embelesado Sócrates me oía;
delicias era de la Grecia un día;
me habló Virgilio en verso peregrino.
Cantar, amar, morir es mi destino.
Yo de la ciencia gaya en la porfía,
el premio soy que el trovador ansía.
Canto la siesta en odorante pino.
Soy la cigarra; en el tendido llano
nací de junio en el calor primero,
alma del trigo y su fecundo grano;
y enamorada de la luz espero,
la encendida mañana del verano,
y canto el sol y cuando canto muero.
Miguel Sánchez Pesquera
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