A LA ERMITA DE EGAÑA
Grato respira el amoroso viento
entre estas flores y hierbosos pardos,
y las fuentes con ecos regalados
dan al inquieto corazón contento.
Tiene la paz aquí su dulce asiento
y los sentidos todos sosegados,
a dulces ilusiones entregados
abren un campo hermoso al pensamiento.
¡Ah, quiera el cielo que yo logre un día
al dulce lado de una tierna esposa
tranquilo así pasar la vida mía!
Distante de la turba bulliciosa
un paraíso la tierra me sería,
viendo aumentarse nuestra llama hermosa.
Salvador Sanfuentes Torres
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