SONETO
Rayendo están dos cabras de un nudoso
y duro ramo seco en la mimbrera,
pues ya les fue en la verde primavera
dulce, suave, tierno y muy sabroso.
Hallan extraño el gusto y amargoso,
no hallan ramo bueno en la ribera,
que -como su sazón pasada era-
pasó también su gusto deleitoso.
Y tras de este sabor que echaba en menos,
de un ramo en otro ramo van mordiendo
y quedan sin comer de porfiadas.
¡Memorias de mis dulces tiempos buenos,
así voy tras vosotras discurriendo
sin ver sino venturas acabadas!
Francisco de Terrazas
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