SONETO
Cubierto estaba el sol de un pardo velo,
luchaba el viento con el mar hinchado,
y él, en huecos peñascos quebrantado,
con blanca espuma salpicaba al cielo.
El ronco trueno amenazaba al suelo,
tocaba el rayo al monte levantado,
y negras nubes de granizo helado
cobijaban el campo con su hielo.
Mas luego que su clara luz mostraron,
los bellos ojos, que contento adoro,
y a quien envidia el alma los colores,
calmó el mar, calló el viento y se ausentaron
los truenos, pintó el sol las nubes de oro,
vistió el cielo carmín, el campo flores.
Poeta Anónimo
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