A DIOS
Del volcán en las lavas ardorosas,
del monte en la magnífica eminencia,
del agua en la ondulante transparencia,
del fuego en las serpientes luminosas;
En los doseles de purpúreas rosas,
del fresco valle en la agradable esencia,
del bosque en la lozana florescencia,
del cielo en las llanuras majestuosas.
En cuanto brota de la tierra inculta,
en cuanto al aire tenue se levanta,
en cuanto el mar en su interior sepulta.
En todo lo que aterra o lo que encanta,
nunca, Señor, al hombre se le oculta
la omnipotente huella de tu planta.
Julia Pérez y Montes de Oca
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