EL HOMBRE
Con ardiente ambición desmesurada,
anhela ciego el hombre, sin reposo,
blasones adquirir, nombre famoso,
y subyugar la ciencia ilimitada.
Escudriñar la bóveda estrellada,
registrar el Océano proceloso,
por llegar, arrogante y majestuoso,
de la gloria a la cúspide escarpada.
Tal es su ceguedad y su locura:
llevado por mezquinas ambiciones,
lauros y gloria sin cesar procura.
¡Vive anhelando vanas ilusiones,
sin recordar que en una tumba oscura
se perderán sus glorias y blasones!
Anselmo de Jesús y Vergara
No hay comentarios:
Publicar un comentario