ALABANZA
Te alabaré, Jehovah, Señor del Cielo,
bendeciré tu nombre largamente,
y si lo otorgas Tú, perennemente,
oh, Rey de la Justicia y del Consuelo.
Grande es Jehovah y merece su valía
la alabanza sincera y la oración,
y no debe pasar generación
que no encomie sus obras cada día.
Ante la luz, Señor, de tu esplendor,
yo siempre atenderé tus maravillas,
pues tus obras complejas y sencillas
muestran la gran belleza de tu amor.
¡Alaben al Señor, que es alegría,
y su misericordia todo alcanza!
¡Alábenlo en el canto y en la danza
y que exprese Su Amor la melodía!
David de Judá
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