ENVÍO
Si el corazón un rayo me alcanzara
destruyendo mi pecho enamorado;
si un torrente de luz, si un soplo airado
en oscuras cenizas me anegara.
Si la voz de la muerte levantara
todo mi ser en polvo dispersado
y sólo mi memoria en tu costado
la soledad doliente te acercara.
Si la luz se hace sombra en tu mirada,
si quiebras tu figura dolorosa
al anuncio del nombre que era mío,
volveré del silencio de la nada
de otro mundo, mujer, donde reposa
traspasada mi carne en el vacío.
Josefa Ugarte Barrientos y Casaux
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