DÉCIMA
Sellando vuestros arrojos,
ojos, si a Dios os volvéis
con su gracia lograréis
ser las niñas de sus ojos;
no os abandonéis por flojos
ni la empresa os acobarde;
haced de vuestra fe alarde,
dad a Dios honor y gloria
y acabará vuestra historia
felizmente, Dios os guarde.
Juan Miguel Castro Palomino
No hay comentarios:
Publicar un comentario