768-Miguel Antonio Caro Tovar



ELLA

La expresión dulce que su rostro baña,
de sus ojos la plácida centella,
revela el resplandor de un alma bella,
que el corazón subyuga y no le engaña.

Del Cielo, descendiendo a mi cabaña
con vaguedad de nube y luz de estrella,
ella mis hondas soledades sella,
mis mudos pensamientos acompaña.

Como extendiendo el ala voladora,
la esperanza, en el ánimo cautiva,
huir parece, aunque el huir demora.

Amante cual mujer, cual diosa esquiva:
–así diviso a la que el pecho adora–;
–así, inmóvil a un tiempo, y fugitiva–.

Miguel Antonio Caro Tovar

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