LADRAR A LA LUNA
¡No desmayes jamás ante una guerra
de torpe envidia y miserables celos
¿Qué le importa a la luna, allá en los cielos,
que le ladren los perros en la tierra?
Si alguien aspira a derribarte, yerra
y puede ahorrarse inútiles desvelos;
no tan pronto se abate por los suelos
el Escorial que tu talento encierra.
¿Que no cede al ataque ni un minuto?
¿Que a todo trance busca tu fracaso?
¿Que te cansa el luchar...? ¡No lo discuto!
Mas oye, amigo, este refrán de paso:
¡Se apedrean las plantas que dan fruto!
¿Quién del árbol estéril hace caso?
Marcos Zapata Mañas
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